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Probióticos

Nociones básicas sobre los probióticos

 

Microbiota intestinal

Se define como el conjunto de microbios que albergamos en nuestros intestinos: son en su mayoría bacterias, pero hay también hongos, protozoos, virus, arqueas…

Funciones de la microbiota intestinal: está implicada en unas 20.000 funciones biológicas diferentes de nuestro organismo, la mayoría relacionadas con una buena digestión, el mantenimiento del intestino en buenas condiciones, y también del sistema inmunológico… y se está estudiando su relación con el comportamiento y la gestión emocional.

 

Qué son probióticos

Microorganismos vivos que cuando se administran en cantidades adecuadas confieren un beneficio para la salud en el huésped.

 

Qué son prebióticos

Lo que comen los microorganismos; un sustrato que es utilizado selectivamente por los microorganismos y que aporta un beneficio para la salud.

 

Alimentación prebiótica

Se define como una buena alimentación, equilibrada y adecuada a las necesidades personales, que nos provea de excelentes prebióticos para nuestros microbios beneficiosos y que sea una fuente de salud y bienestar para nosotros.

Por lo tanto, sólo se deben comer alimentos de verdad (y no productos procesados), lo más cercanos posible a su estado natural. Las bacterias beneficiosas seleccionan su comida, no comen cualquier cosa.

 

Cuándo se recomienda tomar un probiótico

  • Cuando se están tomando antibióticos, y también después: durante un mes después de haber acabado la caja de antibióticos.
  • Hay afecciones y patologías para las que se está investigando un tratamiento específico con probióticos: por ejemplo, mastitis, cólico del lactante, enfermedad inflamatoria intestinal, vulvovaginitis, etc. Para estas afecciones y otras es necesaria la asesoría de un/a profesional especialista en estos temas.
  • Es importante saber que no a todo el mundo le viene bien un probiótico, depende de muchos factores que inciden en la salud intestinal.
  • Lo que no se discute es que, durante y después de tomar antibióticos, viene muy bien tomar probióticos.

 

Los prebióticos no hacen falta si la alimentación es variada, con muchos vegetales, frutas, cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas, etc. Recuerda que si quieres mantener tu población de bacterias en buen estado, hay que darles bien de comer.

 

Cómo distinguir un buen probiótico

La ficha técnica o la información del producto debe incluir:

  • Identificación del género y especie de las bacterias (su nombre científico), y nombre de la cepa (viene indicado con un código alfanumérico). Por ejemplo: Lactobacillus fermentum CECT5716.
  • Cuántos organismos viables hay de cada cepa al final de la vida útil del producto
  • Seguridad bajo las condiciones de uso recomendadas
  • Dosis que se recomienda (para que  provoque el efecto fisiológico que se pretende conseguir)
  • Descripción exacta del efecto fisiológico
  • Contacto por si existe algún problema (vigilancia postcomercialización)

 

Cuando leemos la etiqueta nos fijamos en:

Bacterias intestinales
  • Cuántas especies tiene diferentes, y que vengan identificadas correctamente (por ejemplo, Lactobacillus rhamnosus GG).
  • (Hay algunas especies que están indicadas para el tratamiento de determinadas patologías o desequilibrios, pero éste es un tema complejo que no vamos a abordar en este post).
  • Cuántas Unidades Formadoras de Colonia (UCF) tiene: esto se refiere a la cantidad de organismos vivos que contiene. Deber ser de 1 x 109 UFC de cada cepa que contiene.  No vale que sea esa la cifra del conjunto.
  • Es decir, en la caja debe traer el nombre de la especie y cepa y las UFC que contiene. Por ejemplo:
    • Lactobacillus fermentum CECT5716     1 x 109 UFC
    • Lactobacillus rhamnosus GG     1 x 109 UFC

 

(esto es un ejemplo, no es que deba contener esas cepas en concreto)

 

Cómo tomar el probiótico

  • Es mejor en ayunas: media hora antes del desayuno o de la comida o de la cena.
  • O tres o cuatro horas después de comer o cenar
  • Si vienen en sobres o en polvo, necesitas verterlo en un vaso de agua a temperatura del cuerpo (unos 37ºC), revolverlo bien y dejarlo reposar 15 minutos (este tiempo se necesita para que las bacterias se activen). Después revuelve bien y te lo tomas.
  • No se debe comer nada inmediatamente después, hay que esperar un mínimo de 20 minutos.
  • Cuando vayas a comer después de esos 20 minutos, es mejor que sea una comida rica en fibras fermentables (esto lo explicamos en nuestros Cursos, y os enseñamos a hacer una buena alimentación prebiótica), y baja en grasas y proteínas.

 

¿Los probióticos van a devolverme la salud intestinal?

Para restaurar el equilibrio perdido hay que restaurar la ecología del intestino, es decir, grupos de bacterias y no cepas aisladas. El ecosistema intestinal es complejo, rico y diverso y no se ve dañado sólo por la toma de antibióticos.

También influye el estilo de vida:

  • Volver a comer comida de verdad, con alimentos lo más cercanos posibles a su estado natural y hacer una alimentación prebiótica, sana y diversa.
  • Hacer ejercicio moderado y adecuado a la persona (busca a un/a profesional que te enseñe). Mejor al aire libre. Somos seres hechos para movernos. Baila, camina rápido, practica yoga, pilates, bici… Muévete, muévete!
  • Gestionar adecuadamente el estrés y las emociones ( para esto también necesitamos a un/a profesional que nos enseñe, además de practicar técnicas de relajación, meditación, mind-fullnes…)
  • Descansar lo suficiente y respetar los ritmos biológicos del cuerpo lo más posible (ritmos circadianos de día/noche).
  • Apoyar y practicar el parto natural y la lactancia materna, si es posible. Y los bancos de leche materna.
  • Criar a nuestr*s niñ*s al aire libre, en compañía de otros peques, de animales…
  • Estar en contacto con la naturaleza (playa, montaña, espacios naturales)  y tomar el sol (moderadamente)
  • Establecer relaciones sociales y de amistad sólidas y reales (no a través de redes sociales), vivir el presente con gratitud y alegría.
  • Respetar y amar tu cuerpo, tu mente, tus bacterias…

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Si no hacemos esto, la toma de probióticos no va a hacer que mejore tu salud ni tu calidad de vida.

Recuerda que los probióticos no son una panacea. Debe ser un profesional el que valore si es conveniente en tu caso, o no, y cuál es el mejor para tu caso si es que los considera necesarios, y cuánto tiempo debes tomarlo.

¡Cuida a tus bacterias, porque de ellas depende en gran parte tu salud y tu bienestar!

 

Bibliografía: “Niños sanos, adultos sanos”, de Xavi Cañellas y Jesus Sanchís. Un libro muy recomendable.