Como os contábamos en nuestra primera entrada de Consejos para una vida energética (Parte 1), hay muchos cambios que podemos incorporar en el día a día para vivir mejor, más plenamente y también con más salud.
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Los cambios son fáciles, muchas personas habéis aprendido en nuestros cursos y os habéis “enganchado” a un modo sencillo, sabroso y energético de alimentaros y vivir.
Pero no deja de ser cierto que este planteamiento no sigue la corriente general de la sociedad de consumo, en dirección opuesta a la alimentación tradicional:
– En la actualidad muchos de los problemas de salud están relacionados con los nuevos hábitos nutricionales: comida rápida, congelados, azúcares en exceso, alimentos refinados…
– La alimentación tradicional que consumieron nuestros antepasados durante miles de años estaba basada en cereales integrales, legumbres, verduras, frutas locales y estacionales, semillas, frutos secos con una pequeña cantidad de productos de origen animal, algas y condimentos naturales.
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Así que, en este camino a contracorriente, estos son algunos consejos generales.
¡La semana que viene, damos pasos concretos para el cambio!
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HÁBITOS GENERALES PARA UNA ALIMENTACIÓN SANA
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- Volver a la cocina casera. Evitar completamente los pre-cocinados. Ya, a veces no da tiempo (o ganas) para cocinar… Pero es mejor hacerse una ensalada y una proteína sencillas, sin casi cocinar, que “tirar de lata” o de congelados. Puedes tener en tu nevera derivados de la soja, de larga duración, siempre disponibles para hacer a la plancha (tofu, tempeh), o seitán. Acompáñalos de algo de verdura y un hidrato de carbono, y tendrás una energía limpia y no una pesadez tóxica en tu cuerpo.
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- Adaptar nuestra alimentación y modo de cocinar a los cambios estacionales. Las frutas y verduras de la estación nos dan lo que necesitamos: coles, repollos en invierno, para la vitamina C que nos protege… sandía para refrescarnos en verano… Potajes para nutrir con calor en invierno, y ensaladas o rehogados en verano… Son sólo algunos ejemplos de cómo el propio cuerpo y la naturaleza saben lo que necesitamos.
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- Alimentarnos según las propias necesidades personales. Nadie cabe en una tabla de promedios, ni tiene la misma constitución y/o condición que otra persona. Hay que ver cómo estamos, y qué hacemos, además que quienes somos..
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- Seguir la intuición y mensajes de nuestro cuerpo. Esta sabiduría “instintiva” se ha ido perdiendo en este último siglo.. y es una de las que recuperamos en nuestros cursos: escuchar tu emoción, tu energía, para darle lo que te va a “poner las pilas”, o a relajarte, según quieras… A pocas personas les apetece un potaje caliente en verano…y si te apetece, seguramente estás “desnutrido” energéticamente! A veces, necesitamos “curas” estacionales…
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- Prescindir de mensajes negativos en nuestra mesa como ver las noticias mientras comemos, repasar las cuentas y facturas a pagar, discutir temas laborales y/o domésticos… recuperar la comida como momento de relajación, compartir y respirar hondo, saborear… y olvidarse de la tecnología! Si comes sólo, disfruta del momento y observa el mundo… al menos, no estés conectad@ a una pantalla!!
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Y recuerda:
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UNA ALIMENTACIÓN VARIADA APORTA RIQUEZA Y COLOR A NUESTRA VIDA
NOS VEMOS LA SEMANA QUE VIENE, CON LOS PASOS PARA EL CAMBIO
…
¡O ESTA SEMANA, EN UNO DE NUESTROS CURSOS! 😉
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